El relevo generacional en los Partidos Políticos de la República Dominicana es un movimiento imperceptible a corta distancia, pero feroz si lo analizamos fríamente, ya que tiene una gran impetuosidad y se va realizando de manera silenciosa, aunque se va asumiendo de manera paulatina, es un proceso indetenible por asuntos propiamente naturales.
En casos como España, el apoyo a partidos tradicionalmente dominantes (CiU, PSC y PP) muestra un debilitamiento continuado a medida que se pasa de una generación a otra en orden cronológico, mientras que en el resto de partidos, tanto los que han tenido una posición más secundaria, como los de reciente creación, se da la relación contraria: a cada nueva generación que aparece se fortalece su apoyo, lo que indica un claro efecto generacional, si observamos el comportamiento electoral de dos generaciones consecutivas.
Para citar el caso de una gran campaña y que ganó, nada menos, que la segunda ciudad de Chile, Valparaíso, el señor Jorge Sharp, abogado de 31 años y exdirigente estudiantil, se convirtió en la gran sorpresa de las últimas elecciones municipales chilenas, al ganar con el 54% de los votos la alcaldía de dicha ciudad.
También podríamos citar el caso de Francia con el recién electo presidente Emmanuel Macron de 39 años, ex ministro de economía, ex asesor presidencial y ex banquero, representa claramente el ideal relevo generacional de la clase política en ese país, que lleva siglos enfrentándose a sus esquemas políticos preestablecidos. La clave de su éxito ha sido proyectar la política del pragmatismo ético. Macron hace parte de la nueva generación gala internacionalizada, que habla varios idiomas, que ha vivido por fuera y que es, por tanto, pro-europea y ve a Francia como un país de viejos esquemas y que debe vivir un proceso de adaptación para satisfacer las demandas de las nuevas generaciones.
Esta es una realidad a la que nuestro país no escapa, lo que si podemos es hacer de este un proceso consensuado, planificado y armonioso. Para ello debemos contar con la experiencia y el acompañamiento de todos los veteranos y dirigentes históricos que con el profesor Juan Bosch a la cabeza sembraron los cimientos que permitieron una vez llegamos al poder en el año 1996 con el entonces joven presidente Dr. Leonel Fernández, con apenas 43 años, un icono en la materia, quien uso como plataforma social al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), creando así las condiciones para el desarrollo de un proyecto de país, logrando mejorar todos los indicadores de progreso social, que no es más que la capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades humanas básicas de la población, establecer las bases que permiten a los ciudadanos y a las comunidades mejorar y sostener su calidad de vida, y crear las condiciones para que todos los individuos puedan alcanzar sus objetivos como entes sociales.
A medida que se pasa de una generación a otra aumenta el número de votantes “volubles” y disminuye el de los votantes “sólidos”, ya que la influencia de los procesos tecnológicos los acerca más a sus convicciones e intereses como nuevos actores sociales.
Como dirigente político, miembro del Comité Central del PLD y ciudadano, apelo a un relevo generacional táctico e incluyente, que no haya el más mínimo espacio para ¨desplazar¨ generaciones, sino más bien para complementar generaciones. Es más bien un proceso adaptativo, donde tomamos toda la base ideológica y la experiencia acumulada de la generación que nos antecede y la ajustamos a los nuevos tiempos.
Los avances tecnológicos de las últimas décadas traen consigo, entre otras cosas, el empoderamiento de la sociedad debido al acceso a la información que le brindan los medios tecnológicos, ello significa que las sociedades van ocupándose de manera más activa de los temas que son fundamentales para sus ciudadanos y una mayor eficiencia y transparencia en los procesos, y es precisamente ese el rol que debemos jugar nosotros la nueva generación de políticos con visión moderna.
El éxito de este relevo dependerá, en gran medida, de que tan positivos sean percibidos estos cambios ante la sociedad, de que tan comprometidos sean quienes están llamados a asumir el liderazgo de este relevo, de que tanto impacto tendrían estos en el avance de los indicadores de bienestar social teniendo como ejes fundamentales la educación, eficiencia, tecnología, desarrollo, seguridad y la transparencia.
Para finalizar, me permito citar la frase del famoso escritor español Rafael Vidac: “algún día aprenderemos que liderar tiene que ver más con dejar pasar que con impedir que te pasen”.